El banco azul.

¿Recurdas en día en que nos conocimos?
Si la memoria no me falla fue una tarde de otoño.
Yo estaba sentada en aquel parque, mi favorito.
Recuerdo que observaba como caían las últimas tristes y cansadas hojas de los arboles.
En ese momento llegaste y te sentaste a mi lado.
Me miraste disimuladamente y me dijiste que te sentabas ahí porque era el unico banco azul que había en todo el parque.
Recuerdo que te sonreí y te dije que el azul era mi color favorito; el color del cielo, el color que me recordaba la mar en calma, el color que me transmitía libertad...
Finalmete tras una agradable conversación llena de miradas perdidas, sonrisas burlonas y pensamientos mudos nos despedimos con un solitario adiós.

Y así pasaron días y días, entre conversaciones ingenuas, sueños sin cumplir y gestos que transmitían más que cualquier poema de amor.

Pasado el otoño llegó el invierno y no te volví a ver, te busqué cada día en el parque, pensé en ti en cada momento...

Y ahora mísmo aquí estoy, en nuestro banco azul, esperandote como cada tarde y rozando con la yemas de los dedos nuestros nombres tallados en la madera.

¿Volverás algún día?