domingo, 13 de diciembre de 2009

Y llegó el día.

Era una fría noche de Diciembre y me encontraba durmiendo en mi cama .
Me gustaba escuchar como las frías y frágiles ramas de los arboles rozaban mi ventana mientras yo me sumergía en remotos y escondidos sueños.
De repente escuché un leve golpe en la ventana que logró despertarme. Me levante lentamente de mi cama y me desplacé con suavidad hacia la ventana, aparté levemente la cortina pero allí no había nada. Lo habría escuchado entre sueños.
Me volví a meter en la cama y lo volví a escuchar al poco tiempo, pero esta vez sonaba un poco más lento pero más constante. Me volvía levantar y abrí la ventana y allí estaba.
Un muchacho de unos 10 años con los cabellos dorados cómo el sol y una mirada verde esmeralda me miraba fijamente. Entre sus rizos jugaban disimuladamente petalos de flores de colores y sus veraniegas y desgastadas ropas deslumbraban con el reflejo de la luna.
Antes de que él lo hiciera rompí ese incómodo silencio:
_Por fín has llegado. Te estaba esperando Peter.

1 comentarios:

Davidopoulos dijo...

Me gusta la fusión de realidad e imaginación; intentaré buscarme una sonrisa para pasarme por aquí más a menudo

Publicar un comentario

Dame un pequeño susurro