El dibujo.

La niña de las trenzas castañas y los ojos azules estaba sentada en el suelo.
Rodeada de pinturillas gastadas, sacapuntas de colores y gomas de borrar soñando ilusiones borradas, intenta imaginar.
Intenta imaginar un lugar bonito en el que le gustaria estar sentada. Un prado lleno de flores, una esponjosa nube navegando lentamente por el cielo azul, la frondosa copa de un verde arbol lleno de pajaros tropicales o quizá una playa desierta llena de conchas de porcelana.
Esta absorta, rodeada de pensamientos; ¿que dibujar?
De repente se percata de algo, el ventanal del salón está abierto y a lo lejós se oye el tímido canto de los pájaros.
Quiere mirar por él pero no llega; ¿por qué seré tan bajita? - pensó.
Decide cojer su silla de color rosa y subirse a ella. Quiere saber que hay al otro lado, que se está perdiendo en ese mísmo instante.
Poco a poco sube a la silla, está a punto de cumplir su deseo y cuando llega arriba se siente felíz.
Por fín lo ve, es el cielo más bonito que ha visto jamás. Los pájaros vuelan de un lado a otro y las nubes se desplazan con parsimonia por su gran inmensura.

Está feliz y ya puede pintar sobre sus cuadernillo de colores.

¿Qué pintaré mañana?- pensó (: