Y ahora no entiendo porqué no me dijo adiós.
Con todo lo que sentimos cada uno... parece mentira.
Todo es oscuro pero se que en algun lugar alguna estrella seguirá brillando por nosotros.
Parece que todo se alumbra cuando está a mi lado.
Me busqué por todo el universo, y allí me encontré, reflejada en sus ojos.
¿Por qué se cruzó en mi camino?
Es raro, de verdad.
Ahora es como si nunca hubiera exístido. Quizá algún día le vuelva a ver.
O quizá algún día se encuentre él en mi mirada, quién sabe...
viernes, 29 de enero de 2010
sábado, 23 de enero de 2010
viernes, 22 de enero de 2010
Un jueves más.
Era la mañana de su decimosexto cumpleaños.
Un día de invierno en el que el sol brillaba como nunca lo había hecho jamás. Tan puro, tan inalcanzable. Muchas veces soñó con volar a su alrededor y mecerse en el viento como un pequeño petalo arrancado de una flor en primavera.
Irene se desperto con el sonido de la alarma de su movil. Ese era para ella el mejor momento del día, aquel en el que te despierta tu canción favorita.
Pensó en todo lo que se le venía encima aquel día. Felicitaciones, abrazos, tirones de orejas, los besos de sus abuelas, el examen de historia que no se podía aplazar...
Se armó de valor y se levantó.
_Hola mamá - dijo mientras se sentaba en la mesa de la cocina.
_Cariño, Felicidades!! - le respondió su madre abalanzandose sobre ella para llenarla de besos - Ya 16 hija, cada vez te haces más mayor. Todabía me acuerdo de cuando agarraba tu manita para llevarte a jugar al parque - suspiró y una pequeña lágrima se asomó timidamente en su cara.
_Mamá no te pongas dramática. Ahora ya puedo ir al parque yo solita - dijo mientras la abrazaba con fuerza - además la que hoy se hace más vieja soy yo, no tú.
Su madre sonrió mientras preparaba el Cola-Cao de cada mañana.
_Bueno Irene, ¿Hoy harás algo especial no ?
_No tengo nada pensado por ahora. Ah sí, ir al colegio y hacer un examen de Historia; menudo regalazo ¿verdad? - dijo con un tono irónico mientras jugueteaba con la cucharita del Cola-Cao.
_Bueno hija, no seas así, yo también hice muchos examenes a tu edad y no me quejaba tanto, además luego siempre apruebas.
¿Por lo menos pedirás un deseo por tu cumpleaños no ?
_Lo que yo quiero no me lo puede dar un deseo de cumpleaños asique ¿para qué malgastar el tiempo?- dijo mientras se levantaba de la mesa - Me voy a vestir que no quiero como regalo una falta por llegar tarde a clase.
_Vale cariño, pero alegra esa cara que es tu cumpleaños.
_Lo intentaré - dijo ella.
Despues de abrigarse bien se apresuró hacia el colegio.
Era un jueves más y la mañana de clase se le hizo especialmente larga. A primera hora tenía clase de lenguaje. Se le daba bien, además le gustaba escuchar a su profesor hablar de literatura. Siempre pensó que era un buen hombre.
Después tuvo clase de matemáticas y más tarde de Filosofía. Era su asignatura favorita, sacaba muy buenas notas pero no le gustaba presumir de ello. Odiaba a las personas que lo hacían...
Nada más acabar el recreo y después de recibir tirones de orejas por un montón de compañeros llegaron dos horas más de clase; Ciencias e Informática. Y para rematar el día examen de Historia.
Fue una de las primeras en terminar el examen y dejaron que se marchara a su casa.
POR FIN !- gritó cuando salió a la calle.
Con su mochila de florecitas al hombro se dirigió a su casa.
Ya tenía 16, su reloj no se paraba. Mañana sería otro día más. Otro día sin querer levantarse de la cama... odiaba la rutina.
Caminaba por la calle mientras miraba al cielo. Le encantaría estar ahí arriba y poder mirar a todo el mundo cmo si fueran hormiguitas; cada uno con su vida, cada uno con sus historia. Cualquiera con una historia como la suya.
Cuando bajó la mirada se encontró con la decepción. Ella estaba ahí abajo;era una hormiguita más...
Suspiró y cuando pensó que nada podría mejorar aquel día y ocurrió.
Sintió como el reloj se paró. Todo el mundo se paró y ella se sumergió en un mar de dudas;
¿era él? No había cambiado nada. Le recordaba así.
Cuántas veces había soñado con esa cara, esos ojos y esa sonrisa....
No puede ser él- pensó para sí mísma.
Él la miró fíjamente y se acercó hacia ella.
No podía artícular palabra. Sintió una fuerte presión en el pecho y notó que le costaba respirar.
Decidió comenzar ella la conversación aunque podría quedarse miles de horas mirándole fijamente.
Hola Álvaro - Dijo mientras hacía de tripas corazón.
Recuerda que te estoy esperando - dijo contundente.
Él sonrió y desde aquel momento el mundo era menos malo :)
Un día de invierno en el que el sol brillaba como nunca lo había hecho jamás. Tan puro, tan inalcanzable. Muchas veces soñó con volar a su alrededor y mecerse en el viento como un pequeño petalo arrancado de una flor en primavera.
Irene se desperto con el sonido de la alarma de su movil. Ese era para ella el mejor momento del día, aquel en el que te despierta tu canción favorita.
Pensó en todo lo que se le venía encima aquel día. Felicitaciones, abrazos, tirones de orejas, los besos de sus abuelas, el examen de historia que no se podía aplazar...
Se armó de valor y se levantó.
_Hola mamá - dijo mientras se sentaba en la mesa de la cocina.
_Cariño, Felicidades!! - le respondió su madre abalanzandose sobre ella para llenarla de besos - Ya 16 hija, cada vez te haces más mayor. Todabía me acuerdo de cuando agarraba tu manita para llevarte a jugar al parque - suspiró y una pequeña lágrima se asomó timidamente en su cara.
_Mamá no te pongas dramática. Ahora ya puedo ir al parque yo solita - dijo mientras la abrazaba con fuerza - además la que hoy se hace más vieja soy yo, no tú.
Su madre sonrió mientras preparaba el Cola-Cao de cada mañana.
_Bueno Irene, ¿Hoy harás algo especial no ?
_No tengo nada pensado por ahora. Ah sí, ir al colegio y hacer un examen de Historia; menudo regalazo ¿verdad? - dijo con un tono irónico mientras jugueteaba con la cucharita del Cola-Cao.
_Bueno hija, no seas así, yo también hice muchos examenes a tu edad y no me quejaba tanto, además luego siempre apruebas.
¿Por lo menos pedirás un deseo por tu cumpleaños no ?
_Lo que yo quiero no me lo puede dar un deseo de cumpleaños asique ¿para qué malgastar el tiempo?- dijo mientras se levantaba de la mesa - Me voy a vestir que no quiero como regalo una falta por llegar tarde a clase.
_Vale cariño, pero alegra esa cara que es tu cumpleaños.
_Lo intentaré - dijo ella.
Despues de abrigarse bien se apresuró hacia el colegio.
Era un jueves más y la mañana de clase se le hizo especialmente larga. A primera hora tenía clase de lenguaje. Se le daba bien, además le gustaba escuchar a su profesor hablar de literatura. Siempre pensó que era un buen hombre.
Después tuvo clase de matemáticas y más tarde de Filosofía. Era su asignatura favorita, sacaba muy buenas notas pero no le gustaba presumir de ello. Odiaba a las personas que lo hacían...
Nada más acabar el recreo y después de recibir tirones de orejas por un montón de compañeros llegaron dos horas más de clase; Ciencias e Informática. Y para rematar el día examen de Historia.
Fue una de las primeras en terminar el examen y dejaron que se marchara a su casa.
POR FIN !- gritó cuando salió a la calle.
Con su mochila de florecitas al hombro se dirigió a su casa.
Ya tenía 16, su reloj no se paraba. Mañana sería otro día más. Otro día sin querer levantarse de la cama... odiaba la rutina.
Caminaba por la calle mientras miraba al cielo. Le encantaría estar ahí arriba y poder mirar a todo el mundo cmo si fueran hormiguitas; cada uno con su vida, cada uno con sus historia. Cualquiera con una historia como la suya.
Cuando bajó la mirada se encontró con la decepción. Ella estaba ahí abajo;era una hormiguita más...
Suspiró y cuando pensó que nada podría mejorar aquel día y ocurrió.
Sintió como el reloj se paró. Todo el mundo se paró y ella se sumergió en un mar de dudas;
¿era él? No había cambiado nada. Le recordaba así.
Cuántas veces había soñado con esa cara, esos ojos y esa sonrisa....
No puede ser él- pensó para sí mísma.
Él la miró fíjamente y se acercó hacia ella.
No podía artícular palabra. Sintió una fuerte presión en el pecho y notó que le costaba respirar.
Decidió comenzar ella la conversación aunque podría quedarse miles de horas mirándole fijamente.
Hola Álvaro - Dijo mientras hacía de tripas corazón.
Recuerda que te estoy esperando - dijo contundente.
Él sonrió y desde aquel momento el mundo era menos malo :)
miércoles, 20 de enero de 2010
lunes, 18 de enero de 2010
Shakespeare in love.
"Yo pretendo que haya poesía en mi vida, y aventura, y amor, amor por encima de todo. No la artística impostura del amor, sino el amor que es capaz de derrumbar la vida, impetuoso, ingobernable como un ciclón en el corazón ante el que nada se puede, ya te arruine o te embelese. Yo debo sentir ese amor".
martes, 12 de enero de 2010
La promesa.
La calle estaba vacía.
Normalmente a esas horas ese lugar estaría lleno de gente. Unos volverían de trabajar, otros se dirigirían a su trabajo. Los niños volverían del colegio y otros estarían jugando al otro lado de la acera.
Pero no había nadie. Era una de esas típicas tardes de invierno en las que lo único que te apetece es llegar a casa, quitarte la ropa helada y ponerte un pijama calentito.
Alvaro era lo que tenía pensado hacer. Cruzar la desierta y fría calle rápidamente para llegar a su casa.
No le pareció raro que aquella calle estuviera vacía pero sí se percató de que en la acera había una niña sentada con la mirada perdida en el cielo.
Por su aspecto pensó que sería una niña de unos 8 años. Su larga y rizada melena roja se escondía debajo de un gracioso gorrito con unos pompones de colores.
Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni se dio cuenta de que Alvaro la miraba fijamente.
A él le pareció extraño que una niña estuviera sola en ese calle desierta, sin ningun familiar o sin ningun amigo a su lado asique decidió preguntarle.
_Hola, ¿Cómo te llamas?
_Me llamo Irene ¿Y tu?
_Yo me llamo Álvaro - dijo mientras contemplaba su brillante pelo color rojizo - ¿Qué haces aquí sola a estas horas?
_Estoy esperando a que llegue la nieve- dijo ella con sus ojos llenos de esperanza.
Álvaro se quedó pensativo. Allí hacía años que no nevava . Era una de las desventajas de vivir cerca del mar.
_Hoy no creo que llegue, bueno aquí hace tiempo que no llega. Creo que estás esperando en vano Irene.
_Pero no llegó porque la última vez se perdió por el camino. Pero hoy va a llegar, lo he soñado y mi madre dice que si sueñas algo y al despertar al día siguiente te acuerdas de ello ocurre.
Álvaro pensó:"Cuantas veces he llegado a soñar cosas que nunca he llegado a ver, pero es una niña, mejor no quitarle la ilusión"
_Bueno creo que aún tardará un poco en llegar, si quieres me puedo quedar aquí contigo mientras la esperas. Total, hoy no tengo nada que hacer.
_Vale, así la esperaremos los dos juntos.
Allí estuvieron, durante dos horas hablando sobre sus cosas, el sobre lo que hacía todos los días y ella sobre lo que le habían regalado los Reyes Magos aquel año.
_Bueno Irene, creo que la nieve se ha vuelto a perder.
_No, va a llegar, también he soñado que te iba a conocer.
_¿Has soñado esto? - dijo el mientras la miraba con los ojos como platos.
_Sí - dijo ella tranquila y serena.- ¿Entonces tienes 18 años?
_Sí.
_Yo tengo 8, asique cuando yo tenga 38 tu tendras 48. ¿ No es una gran diferencia de edad verdad?
_No - dijo él con una tímida sonrisa.
Mientras Irene contaba con sus pequeños dedos los número empezaron a caer copos de nieve ante la atónita mirada de Álvaro.
_Mira Irene, ¡Está nevando!
_!Te dije que llegaría!, Lo soñé y ha ocurrido.
_Eres increíble Irene.
_Álvaro, prometeme una cosa - dijo ella con su dulce vocecita.
_Lo que quieras Irene.
_Prometeme que me esperarás - dijo ella con una luz llena de esperanza que iluminaba sus ojos azules.
_Te lo prometo - dijo él con una voz tímida y a la vez atrevida.
Y entre azucarados copos de nieve y promesas destinadas a cumplirse aquella fría tarde de invierno llegó a su fin. (:
Normalmente a esas horas ese lugar estaría lleno de gente. Unos volverían de trabajar, otros se dirigirían a su trabajo. Los niños volverían del colegio y otros estarían jugando al otro lado de la acera.
Pero no había nadie. Era una de esas típicas tardes de invierno en las que lo único que te apetece es llegar a casa, quitarte la ropa helada y ponerte un pijama calentito.
Alvaro era lo que tenía pensado hacer. Cruzar la desierta y fría calle rápidamente para llegar a su casa.
No le pareció raro que aquella calle estuviera vacía pero sí se percató de que en la acera había una niña sentada con la mirada perdida en el cielo.
Por su aspecto pensó que sería una niña de unos 8 años. Su larga y rizada melena roja se escondía debajo de un gracioso gorrito con unos pompones de colores.
Estaba tan absorta en sus pensamientos que ni se dio cuenta de que Alvaro la miraba fijamente.
A él le pareció extraño que una niña estuviera sola en ese calle desierta, sin ningun familiar o sin ningun amigo a su lado asique decidió preguntarle.
_Hola, ¿Cómo te llamas?
_Me llamo Irene ¿Y tu?
_Yo me llamo Álvaro - dijo mientras contemplaba su brillante pelo color rojizo - ¿Qué haces aquí sola a estas horas?
_Estoy esperando a que llegue la nieve- dijo ella con sus ojos llenos de esperanza.
Álvaro se quedó pensativo. Allí hacía años que no nevava . Era una de las desventajas de vivir cerca del mar.
_Hoy no creo que llegue, bueno aquí hace tiempo que no llega. Creo que estás esperando en vano Irene.
_Pero no llegó porque la última vez se perdió por el camino. Pero hoy va a llegar, lo he soñado y mi madre dice que si sueñas algo y al despertar al día siguiente te acuerdas de ello ocurre.
Álvaro pensó:"Cuantas veces he llegado a soñar cosas que nunca he llegado a ver, pero es una niña, mejor no quitarle la ilusión"
_Bueno creo que aún tardará un poco en llegar, si quieres me puedo quedar aquí contigo mientras la esperas. Total, hoy no tengo nada que hacer.
_Vale, así la esperaremos los dos juntos.
Allí estuvieron, durante dos horas hablando sobre sus cosas, el sobre lo que hacía todos los días y ella sobre lo que le habían regalado los Reyes Magos aquel año.
_Bueno Irene, creo que la nieve se ha vuelto a perder.
_No, va a llegar, también he soñado que te iba a conocer.
_¿Has soñado esto? - dijo el mientras la miraba con los ojos como platos.
_Sí - dijo ella tranquila y serena.- ¿Entonces tienes 18 años?
_Sí.
_Yo tengo 8, asique cuando yo tenga 38 tu tendras 48. ¿ No es una gran diferencia de edad verdad?
_No - dijo él con una tímida sonrisa.
Mientras Irene contaba con sus pequeños dedos los número empezaron a caer copos de nieve ante la atónita mirada de Álvaro.
_Mira Irene, ¡Está nevando!
_!Te dije que llegaría!, Lo soñé y ha ocurrido.
_Eres increíble Irene.
_Álvaro, prometeme una cosa - dijo ella con su dulce vocecita.
_Lo que quieras Irene.
_Prometeme que me esperarás - dijo ella con una luz llena de esperanza que iluminaba sus ojos azules.
_Te lo prometo - dijo él con una voz tímida y a la vez atrevida.
Y entre azucarados copos de nieve y promesas destinadas a cumplirse aquella fría tarde de invierno llegó a su fin. (:
domingo, 10 de enero de 2010
sábado, 9 de enero de 2010
El músico del tunel.
Millones de personas viajaban en el metro de aquella ciudad cada año, miles a la semana y aquel día viajaban cientos pero a ella le parecieron muchísimos más.
Se sentía sola, perdida y un poco aturdida entre los tuneles que llevaban a cada vagón.
El sonido de los tacones de las mujeres que iban con prisa, los empujones de los hombres que no llegaban a trabajar, los gritos de los niños que no querían soltar la mano de su madre para no perderse, la megafonía que era aguda y llegaba a ser chocante en algunos momentos, los grandes posters publicitarios sobre productos para adelgazar o compañías de seguros que te arreglarían la vida pero que en realidad la emporan...
No había nada que la pudiera tranquilizar en aquel tumúlto de gente nerviosa : ¡ Estaba en la capital del país del estrés !
Quería cojer el primer vagon que encontrara y salir de allí antes de contagiarse, pero entonces lo escuchó.
Era la melodía más bonita que jamás había escuchado y quiso saber de donde provenía pero lo vió imposible entre tanta gente. Entonces se armó de valor y decidió no irse de allí sin averiguar quien tocaba así.
Empezo a darse empujones con la gente, a gritar, se sentía diminuta pero llegó a aquella esquina que unía los tuneles de la linea central con la linea norte y allí lo encontró; un chico de unos 18 años con una dulce mirada como carta de presentación y una guitarra a la que le faltaban varias cuerdas como compañera.
Ella se quedó mirándolo fijamente y tras echarle unas monedas en su gorro decidió quedarse allí durante todo el día, sumergirse en su mirada celeste y soñar despierta escuchando todas y cada una de sus canciones.
Se llevo varios codazos y pisotones para llegar hasta allí pero mereció la pena (:
Se sentía sola, perdida y un poco aturdida entre los tuneles que llevaban a cada vagón.
El sonido de los tacones de las mujeres que iban con prisa, los empujones de los hombres que no llegaban a trabajar, los gritos de los niños que no querían soltar la mano de su madre para no perderse, la megafonía que era aguda y llegaba a ser chocante en algunos momentos, los grandes posters publicitarios sobre productos para adelgazar o compañías de seguros que te arreglarían la vida pero que en realidad la emporan...
No había nada que la pudiera tranquilizar en aquel tumúlto de gente nerviosa : ¡ Estaba en la capital del país del estrés !
Quería cojer el primer vagon que encontrara y salir de allí antes de contagiarse, pero entonces lo escuchó.
Era la melodía más bonita que jamás había escuchado y quiso saber de donde provenía pero lo vió imposible entre tanta gente. Entonces se armó de valor y decidió no irse de allí sin averiguar quien tocaba así.
Empezo a darse empujones con la gente, a gritar, se sentía diminuta pero llegó a aquella esquina que unía los tuneles de la linea central con la linea norte y allí lo encontró; un chico de unos 18 años con una dulce mirada como carta de presentación y una guitarra a la que le faltaban varias cuerdas como compañera.
Ella se quedó mirándolo fijamente y tras echarle unas monedas en su gorro decidió quedarse allí durante todo el día, sumergirse en su mirada celeste y soñar despierta escuchando todas y cada una de sus canciones.
Se llevo varios codazos y pisotones para llegar hasta allí pero mereció la pena (: